martes, 6 de agosto de 2013

Es esta, la aparición de un encuentro inesperado.

Entre los pergaminos encontrados, bajo un gran candado, halle la magia de una búsqueda.
Donde atraviesa cada constancia y quemando cada recuerdo, solo se ve y siente lo que se vive.
Estrechando mi mano, solo contagio lo vano.
Suspiro sonrisas imaginarias recortando tu mirada y sufrir entre tu ventana y mi puerta.
Que al tocarla, rompes un muro vacío, o solo lleno de nada.
Y entre esta visión confusa y este aliento inesperado, he bajado la voz que se ha sumergido en llanto. He acordado con la vida e hicimos un pacto: Prometo no prometerte lo que no pueda cumplir.
Yo solo te miro en el vacío y suspiro tu aliento que ha partido.
Mi alma ha llorado conmigo y teniéndote entre mis brazos ha sido un socorro tu espíritu sombrío.