miércoles, 26 de noviembre de 2014

El grillo perdió su ala.

Aquellos caminos que trasamos son dos ausencias separadas. En el, vamos teniendo visiones del futuro, y ellas nos dejan mensajes que llaman a tu consiente.

Nona, me canto el ave María, mientras la tímida mirada de su amiga, me veía, muy ausente de si. Prolongamos una charla que duro lo que dura el viaje de casa hasta la calle santa fe, entre nuestra charla, no pude evitar contar mi pequeña historia, mi salida al mundo, ellas, entre pequeños momentos me aclamaban un poco de amor por sus ojos. Que feliz se siente ver amor ante los ojos de una realidad antigua.
La vejez es una virtud que lleva años de historias, y pasados de recuerdos en la memoria. 
El camino es largo, muy largo, la gente que viene a tu vida, es sin duda un tesoro que cae del cielo.
Son mensajes ocultos que te dicen que la vida tiene sentido a cada momento, es el instante de volver a nacer cada día, al abrir los ojos en cada mañana. 

Todo cobra sentido cuando sientes vivo tu corazón, el mio se instalo en el pasto a tomar sol, que dio tiempo a una larga estadía a su libre morada. 

Acá van de nuevo esos recuerdos que tuve de este día, iluminado de seres que aparecen.

Los ojos están abiertos cuando decides ver que encontraras al amanecer, mientras, permanecen dormidos, habitando la oscuridad, y volverse rayos ciegos ante una cruda realidad.

Tuve esta visión de la vida gracias a seres que llenan tu alma con solo mirarte a los ojos. Es esta la vida que decides trazar en el camino, dibujando sonrisas, escuchando canciones, leyendo poemas, consolando la tristeza ajena de un abrazo antes de dormir.

Por todos estos sentimientos que vienen a mi mente, alma y corazón, le rindo estas letras a fortalezas femeninas que persisten en la vida, luchando por un amor muerto, por una vida de amor al mundo. 

Son estas las palabras que salen de un aliento exhausto, libre de haber escalado la muralla mas grande. 
Feliz de haber plasmado su armonía a una vida mas. 

Este ha sido el sonoro silencio de mi cerebro que acude nuevamente a mis manos para poder escribir pocas palabras, y ser visibles de sentimiento al mundo. 

Con amor, el dulce grillo que habita en mi mente, a un lado de mi escritorio. 


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